Principales propuestas teóricas

Significado y contexto

Los objetos arqueológicos están ubicados en un lugar y tiempo y en relación con otros objetos arqueológicos. Esta red de relaciones puede “leerse” mediante un análisis minucioso para lograr una interpretación del contenido del significado. Existen dos tipos fundamentales de significado: el sistema estructurado de interrelaciones funcionales (que hace referencia al contexto del medio físico y del comportamiento presente en la acción) y el contenido estructurado de las ideas y los símbolos. Para poder interpretar las interrelaciones funcionales es necesario utilizar los datos contextuales.

El significado esta constituido a partir de semejanzas y diferencias, las cuales se dan en distintas dimensiones (temporal, espacial, de unidad de deposición y tipológicas). Todo objeto existe al mismo tiempo en muchas dimensiones significativas. Estas dimensiones significativas de variación pueden identificarse descubriendo aquellas dimensiones de variación que reflejen pautas significativas de semejanza y diferencias. La totalidad de las dimensiones relevantes de variación de cualquier objeto puede identificarse como el contexto de ese objeto. Dentro de un contexto, los ítems tienen significados simbólicos gracias a sus relaciones y contrastes con otros ítems dentro del mismo “texto”. En relación a esto, la significación se definiría según el número y la calidad de las semejanzas y diferencias coincidentes en relación a una teoría. En cuanto al significado de un objeto, este se derivaría de la totalidad de sus semejanzas y diferencias, asociaciones y contrastes.

Un análisis contextual implicará constantes movimientos entre teoría y datos, utilizando diferentes teorías para descubrir cuál de ellas explica mejor los datos. Las relaciones contextuales de los objetos permitirían llegar al contenido del significado del pasado.

Cultura material significativa

La cultura material tiene un rol en la representación ideológica de las relaciones sociales. La simbolización material no es un proceso pasivo, debido a que los objetos y las actividades representan activamente y actúan sobre la sociedad. Dentro de una ideologia particular, el mundo construido puede ser usado para legitimar el orden social.
Gran parte de la producción de la cultura material podría entenderse como un proceso en el que los distintos grupos de interés e individuos tratan de instituir significados autoritarios o establecidos frente a la capacidad inherente al individuo o individuos de crear sus propios esquemas cambiantes y libres. En relación a esto, los aspectos de la producción cultural desempeñan un rol importante en la negociación y fijación del significado por parte de los individuos y grupos de interés en la sociedad.
Las acciones individuales en el mundo material reproducen la estructura de la sociedad, sin embargo existe un potencial continuo para el cambio. Los múltiples significados en diferentes niveles y la falta de claridad de los símbolos materiales puede ser interpretada de diferentes maneras por diferentes grupos de interés, existiendo un continuo proceso de cambio y renegociación.
Los significados subjetivos internos que los arqueólogos pueden inferir son conceptos públicos y sociales que son reproducidos en la práctica de la vida cotidiana, es decir corresponden a prácticas institucionalizadas de los grupos sociales cuya rutina propia los conduce a la repetición.

Percepción de la realidad cultural

La realidad cultural es un surtido cambiante de perspectivas diversas, de modo que considerada como un todo, no hay una sola versión “verdadera” de los hechos. Por esto, dentro del trabajo arqueológico no sería necesario forzar los datos en categorías bien delimitadas, por lo que pueden buscarse múltiples dimensiones superpuestas usando una metodología contextual, y así, enfrentarse a la complejidad real de los datos arqueológicos. Se debe tener en consideración que al aplicar teorías generales hay que tener presente el contexto histórico concreto debido a que la propia percepción de las semejanzas y diferencias en la cultura material depende de las formas creativas de percibirlas, las cuales son subjetivas e históricamente dependientes.

En cuanto a los datos, estos no serían subjetivos u objetivos, sino reales. Es posible comprender la subjetividad de otros objetos sin imponer nuestras propias subjetividades “objetivas”. De este modo, se puede superar la división sujeto/objeto que ha dominado la arqueología.


Pasado y presente

Existe una relación dialéctica entre el pasado y el presente, de modo que se interpreta el pasado en función del presente, pero también se puede utilizar el pasado para criticar y desafiar al presente. Es posible determinar críticamente los contextos del pasado y del presente en función uno del otro, para lograr una mejor comprensión de ambos.

Metodología Reflexiva

El uso de una metodología reflexiva en el trabajo arqueológico nos ofrece ventajas científicas. Por ejemplo, si en el momento de la excavación se dispone de una mayor cantidad de información, las alternativas de muestreo y el método de excavación van a ser más apropiadas a las preguntas y a los problemas estudiados, además de que va a ser posible un registro más completo de información relevante. También, si existe más información contextual disponible para la gente que trabaja en los materiales del sitio, existe un menor peligro de que se impongan desde afuera códigos y categorías inapropiadas. Por ultimo, si los que conducen las excavaciones están abiertos a un amplio rango de perspectivas, ellos pueden estar más dispuestos a ajustar visiones generales a las particularidades de la información descubierta.


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