Arqueología Estructuralista y la Arqueología Marxista: hacia la interpretación del significado y la ideología.



Hodder reconoce en la Arqueología estructuralista un primer paso para llegar a la construcción hipotética del contenido del significado de la cultura material, proporcionando un método y una teoría para su análisis. Señala que ya sea mediante un análisis formal generativo, o a través de pares de oposiciones lógicas, mientras más nos aproximemos a los significados contextuales involucrados en un objeto, más próximos estaremos de vincular las estructuras simbólicas a las funciones sociales que desempeñan. Mientras mayor información asociada a los distintos tipos de datos en relación al contenido del significado, mayor será el rigor de las abstracciones construidas a partir de asociaciones y contrastes en el registro arqueológico.




En la Arqueología Marxista Hodder observa una manera de aproximarse a la ideología que guía las prácticas sociales. En este caso la ideología es entendida como ideología dominante, es decir, como una serie de elaboraciones simbólicas orientadas a la justificación de un orden social emanadas de un grupo dominante.

La ideología es entonces el marco desde donde se valoran los recursos, se definen las desigualdades y se legitima el poder. Las ideas son los recursos utilizados en la negociación del poder, y los recursos materiales son parte del aparato ideológico que define esta negociación. Hodder señala que desde aquí hay un punto de partida hacia el rol activo de los objetos en las sociedades.

Sin embargo, ambos planteamientos teóricos siguen dejando de lado al sujeto, relegándolo a un papel activo en la constitución de los sistemas sociales.

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