La crítica a la Nueva Arqueología y las respuestas de la Arqueología Postprocesual


Los planteamientos teóricos de la Arqueología Postprocesual surgen desde una crítica a la Nueva Arqueología. La principal crítica apunta a su afán cientificista de buscar leyes generales sobre el comportamiento humano, suponiendo que la cultura material es un reflejo directo de la conducta humana. Ante esto, Hodder plantea que la cultura material tiene un rol activo en la sociedad y no es posible acceder a la “función” en el sentido objetivo de la Nueva Arqueología, pues la función está condicionada por los marcos simbólicos que cada sujeto le otorga a la cultura material, lo cual varía en cada sujeto y en cada cultura. De esta manera, la construcción de leyes y las “teorías de rango medio” son simples reduccionismos que no sopesan todas las variables en juego, anulando la particularidad de las culturas.

La cultura material según Hodder es más bien una transformación de la conducta que un reflejo de la misma, es producto de acciones y decisiones individuales que se insertan en una sociedad con una cultura y un desarrollo histórico particular. Las ideas, creencias y significados se interponen entre la gente y las cosas que crean y utilizan. Es por esto que las leyes y generalizaciones a partir de la cultura material no pueden tener la solidez suficiente si no consideran el contenido del significado de la misma. Esto nos lleva a que hay un componente simbólico que es clave y que es irreductible. De esta forma, la Arqueología Postprocesual rescata la particularidad de las culturas humanas y el rol activo de los sujetos o “agentes”.

Según Hodder, la Nueva Arqueología se “olvidó del individuo” al subsumirlo completamente en el sistema social y sus pautas preestablecidas, transformando a los agentes en simples reflejos pasivos de la “estructura” o del“sistema”.

La cultura material actúa sobre la comunidad humana de forma social. Alguien produce un artefacto para algo, y este objeto es utilizado según fines individuales. Esto no quiere decir que la cultura material sólo nos hable del libre albedrío humano y su gran capacidad inventiva, pues como veremos adelante, el autor nos quiere señalar que las prácticas de los sujetos están condicionadas por una cultura constituida históricamente, pero que a la vez los mismos sujetos la van creando en sus acciones.

Hacia donde apunta el planteamiento de Hodder es a que la cultura material interfiere en la construcción de la sociedad a través de las acciones de los individuos, a que ésta es “investida” de significados sociales como parte de estrategias sociales como parte de una serie de recursos que los agentes utilizan para negociar su posición en el sistema social.

Si la cultura material tiene un componente simbólico, entonces toda la Arqueología se ve afectada, aún cuando ésta no se pregunte directamente por los aspectos simbólicos de una sociedad. Aquí entonces radica la importancia de preocuparse por el contenido del significado para interpretar la cultura material.

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